El taller de Jar II (Segunda época)

viernes, 4 de diciembre de 2009

Como un charco que se seca.


 



En octubre y noviembre pasado hice el curso de Divulgación científica 2009, Bases para la Comunicación Social de la Ciencia, organizado por la Unidad de Educación Permanente de la Universidad de la República.

Fue dictado en la Facultad de Ciencias por los docentes Claudio Martínez Debat y Rocío Ramírez Paulino.

Al final del curso los participantes debían elaborar un “material de divulgación”. En mi caso escogí escribir un artículo sobre el tema Desecación del Mar de Aral. El canal de comunicación elegido fue el blog.

Bueno, esa es la novedad, escribir un texto nuevo sólo para el blog, al contrario de lo que venía haciendo, que era colgar los artículos publicados en el Cultural.

Esta nota sobre el desgraciado destino del Aral tiene un antecedente. En 1999 escribí uno similar para la revista en Internet o webzine, El Cráneo.

Por un lado estuvo bueno tomar una vieja nota y actualizarla, pero por el otro lado fue perturbador comprobar el estado de desastre en que se encuentra el Mar Aral. Lo que me espera cuando tenga que actualizar las notas sobre Chechenia que están publicadas en El Cráneo.

Abrazos. Gracias por leer.









Desecación del Mar de Aral





El alto precio del progreso






Daniel Veloso





LOS GRANDES RÍOS apenas llevan agua al Mar Aral, el que fuera el cuarto lago más grande del Mundo. Aún hoy se sigue dibujando el contorno de sus costas en los mapas, pero sus orillas se han retirado decenas de kilómetros. Las ciudades que durante la década de los sesenta prosperaban con sus industrias pesqueras, ahora perecen lentamente envueltas en nubes de arena del desierto que avanza. Sus habitantes enferman por la altas concentraciones de sodio, que el viento arroja del lago seco hasta sus casas. La flota de barcos, de la que dependían, yace oxidada en medio de la nada, como una curiosidad fotográfica para turistas.







El antiguo mar interior contaba con su propia fauna ictícola, además de un variado ecosistema que habitaba en sus bañados. Casi toda esa diversidad animal se perdió.

La razón es que los dos ríos que traían el agua de de la meseta de Pamir y de las montañas Tien Shan, en la lejana China, han sido canalizados para regar plantaciones de algodón. El Amu Daria y el Sir Daria, el Oxus y el Jaxartes de los días del imperio de Alejandro Magno, fueron parte de un plan ambicioso para utilizar sus aguas para el desarrollo de esa región del centro de Asia.

“El Hombre corrige el planeta”, es el título del libro del ingeniero soviético Igor Adabáshev 1, y también podría ser uno de los enunciados del paradigma que llevó adelante la desecación del Mar Aral. Encierra la idea de que la Tierra debe ser corregida, que tal como está ofrece demasiados obstáculos al desarrollo de la Humanidad. También señala el derecho de la especie humana de forzar la geografía, construyendo grandes obras de ingeniería como diques, represas y canales, para así mejorar las condiciones de vida de todos sus integrantes. El objetivo, razonable y bien intencionado, no toma en cuenta otros aspectos que pueden ser dañados con esas monumentales infraestructuras.




Cliquea en la imagen para ver la animación.



El Mar Aral, remanente de un gran lago que conectaba al oeste con los mares Caspio y Negro, desde hace 10.000 años se mantenido con el aporte de agua de deshielo de los glaciares de las montañas de Asia Central. Actualmente el lago moribundo está dividido por la frontera de dos ex repúblicas soviéticas, Kazajstán al norte y Uzbekistán al sur.

A partir de los años treinta y especialmente luego de 1960, la Unión Soviética impulsó la construcción de canales de riego, que desviaran el agua de los ríos hacia las plantaciones de algodón. El objetivo era convertir aquellas tierras improductivas en un oasis, sacrificando para ello al gran lago salado.




Adabáshev menciona el ambicioso plan que el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética diseñó para las repúblicas soviéticas de Asia Central. Con ello se buscaba “elevar la economía y la cultura” de estas repúblicas “fraternas” con estas obras de regadío. El ingeniero ruso enfatiza que si los dos ríos, el Amu Daria y el Sir Daria “se aprovechan al máximo" podrían regar veinte millones de hectáreas y crear nuevos oasis. Entusiasmado con su “guerra contra el desierto”, no hay una sola mención de qué pasaría con el Aral, su industria pesquera y su fauna, si el agua fuera desviada a mitad de camino.

La decisión estaba tomada a favor de convertir a la URSS en un importante productor de algodón. Hoy la ex república soviética de Uzbekistán produce el seis por ciento de la producción global de esta fibra y para la que destina cada año más agua del Amu Daria.




 





Morir de sed y de sal.




Las fotografías satelitales muestran como de aquel mar interior de 66.000 kilómetros cuadrados, sólo quedan largas lagunas con forma de lágrima. La parte sur, bajo jurisdicción uzbeka, está dividida en dos por lo que en los mapas era conocida como isla Renacimiento. Los restos del lago que le pertenecen a Kazajstán han corrido con un poco más de suerte, gracias a la construcción de la presa Kok-Aral que contiene el agua. En pocos años el nivel del llamado Mar Aral del Norte se ha ido recuperando y hasta se ha puesto en marcha la industria pesquera.

No es el caso de las otrora ciudades costeras como Moynaq, en la región de Karakalpakia, en Uzbekistán. Allí se alojaba un puerto pesquero que daba empleo a 60.000 personas. El mar ahora se encuentra a muchos kilómetros de distancia, quedando varados los barcos entre las dunas.

A la situación de desempleo generalizado que golpea a los habitantes de estas poblaciones se añade el aumento de cáncer de esófago y de tuberculosis, en parte relacionado al polvo salino que arrastra el viento desde el lecho del lago seco. Otras enfermedades son producto de la contaminación del agua por plaguicidas usados en las plantaciones de algodón y por productos químicos industriales como las dioxinas. 2

Los vientos esparcen la sal en un radio de 300 km, contaminando la tierra cultivable, destruyendo los pastizales para el ganado, e impidiendo la agricultura de subsistencia de la población afectada. El agua potable contiene una cantidad de sal por litro cuatro veces superior al límite permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A esto se añade que la desaparición del lago como amortiguador del clima, ha hecho más extremos los inviernos y más tórridos los veranos.

Si no se implementan acciones similares a las aplicadas con el Mar Aral del norte, el  pronostico es la desaparición de la sección del sur para el año 2020.








Imagen capturada usando el Google Earth.






Notas:


1


El Hombre corrige el planeta, es el título del libro del ingeniero soviético Igor Adabáshev. Está escrito entre fines de 1961, año del XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, que Adabáshev cita y el XXIII Congreso de 1966.


Guillermo Torres Carral en su libro Introducción a la economía política ecológica, cita el libro de Adabáshev como “curioso” y dice que la edición al español de Editorial Progreso de Moscú es de 1974.
“En el caso de la visión neomarxista (…) de socialismo o barbarie, se consideró que el capitalismo ineluctablemente conducía a la destrucción de la naturaleza, lo que en los países socialistas no debió ocurrir; hoy sabemos que no sólo no se evitó, sino que la destrucción fue fenomenal”. Con la cita número 57, menciona el libro de Adabáshev.





El Mar Aral en 1985


 

2



Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)



Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) son compuestos orgánicos que persisten en el medio ambiente y tienden a acumularse en la grasa corporal de los seres humanos y los animales. Algunos de éstos son en extremo tóxicos a muy bajas concentraciones. Entre los COP figuran los plaguicidas, tales como el DDT; los productos químicos industriales, por ejemplo los bifenilos policlorados (BPC) que, entre otros usos, se emplean en aceites de transformadores; y los productos derivados de procesos industriales, como las dioxinas. Existe acuciante preocupación respecto de los efectos a largo plazo de estos productos químicos para la salud humana, tales como desórdenes reproductivos y neurológicos.




Calle desierta en Moynaq. 2008.
Fotografía de David Pin ©.



En Kazajastán, antiguo país miembro de la Unión Soviética situado en Asia Central, se observaron niveles inusualmente elevados de COP y de sus repercusiones para la salud en la población que se atribuyeron al uso de exfoliantes en el cultivo de algodón, la contaminación de peces en el mar Aral y el uso de BPC en las zonas industrializadas como posibles fuentes de exposición. En general, los niveles de beta-hexaclorociclohexano (beta-HCH) eran muchos más elevados que los niveles ambientales corrientes registrados en Europa, donde los niveles más altos correspondían a las zonas rurales. También se observaron altos niveles de p,p-DDE en las áreas rurales, como un indicio de uso de DDT luego de que fuera prohibido en la región.






Se registraron igualmente inhabituales niveles elevados de dioxina en la leche materna en la región meridional del país, observándose los niveles más elevados entre las mujeres que habían trabajado como recolectoras de algodón o en granjas algodoneras. Se informa de tasas elevadas de deficiencia mental y retraso en el desarrollo físico de los niños en Kazajastán, así como de altas tasas de un sinnúmero de enfermedades infantiles. La mortalidad infantil es también alta. Las infecciones respiratorias y de otra índole se cobran numerosas víctimas durante la infancia. Estos niños están expuestos a sustancias químicas tóxicas presentes en la leche materna y otros alimentos, así como a otros peligros para la salud asociados a la condiciones de pobreza.



[PDF] DOCUMENTO DE REFLEXIÓN
Page 1. IFCS 04-TS Punto 6 del orden del día Seguridad Química para el Desarrollo

Sostenible IFCS/FORUM-V/04-TS Original: inglés 3 de agosto de 2006 FORUM V ...
www.who.int/entity/ifcs/documents/forums/forum5/04_ts_sp.pdf












Bibliografía consultada:


ADABÁSHEV, Igor; El Hombre corrige el planeta; Editorial Progreso; Moscú 1974; 325 págs.


CARRÈRE D’ ENCAUSE, Hélène; Reforma y revolución entre los musulmanes del Imperio Ruso; Editorial SUR; Buenos Aires 1969; 332 págs.


HAMBLY, Gavin; Asia Central; Historia Universal Siglo XXI; Siglo Veintiuno Editores; México 1986, 350 págs.

WEELER; Geoffrey; Problemas Raciales en el Asia Soviética Musulmana; Editorial Universitaria de Buenos Aires; Buenos Aires 1965; 93 págs.



 

Páginas web consultadas que tratan el tema:

http://www.uruguayinforme.com/news/17072009/17072009_gravera.php


http://vaxtuxpan.blogspot.com/2009/11/mar-de-aralsorprendente-ejemplo-de.html

http://www.ingenierosinc.com/articulos/El-Mar-Aral-20.html

http://www.universalocean.es/desaparece-el-mar-aral-uno-de-los-cuatro-lagos-mas-grandes-del-mundo/

www.who.int/entity/ifcs/documents/forums/forum5/04_ts_sp.pdf

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Comienzan/obras/rellenar/agua/mar/Aral/elpepisoc/20040102elpepisoc_5/Tes/

   
 
 


El Mar Aral se está secando. Nota publicada en El Cráneo.



Agradezco al fotógrafo David Pin por permitirme utilizar una de sus fotos en esta nota.





sábado, 28 de noviembre de 2009

El comienzo de la vida.



Del 7 al 12 de setiembre se realizó en Uruguay la Segunda Escuela de Postgrado Iberoamericana de Astrobiología. Fue organizada por la Oficina Regional de Ciencia para América Latina y el Caribe de la UNESCO y por la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
A dicha Escuela de Astrobiología vinieron varios científicos invitados a dar conferencias.
Tuve la suerte de ser invitado por los organizadores a presenciar varias de estas charlas y de poder conocer a algunos de estos científicos como a los españoles Ricardo Amils, Álvaro Giménez, a la estadounidense Felisa L. Wolfe-Simon, a la argentina Alicia Massarini y al mexicano Antonio Lazcano.


Apenas pude entrevistar a tres de ellos: a Lazcano, a Amils y a Giménez. Fueron entrevistas muy interesantes con personas de gran calidad humana.
Recién pude elaborar la entrevista con Lazcano.
Antonio es una persona muy especial, que el artículo no consigue enseñar demasiado.
Excelente divulgador y profesor, siempre tiene un ejemplo listo para explicar algún concepto complicado.
Esta es la nota que logré construir de aquella charla que tuvimos.
Añado el recuadro que por una cuestión de espacio no salió publicado.
Gracias por leer. Abrazos.





El País Cultural


Viernes 27 de noviembre de 2009




Con el biólogo mexicano Antonio Lazcano


El origen de la vida



Daniel Veloso



EL CIELO NEGRO de la atmósfera primitiva, pobre en oxígeno, envolvía a la joven Tierra, mientras en la superficie de los mares, lagos y hasta de simples charcos, las moléculas de materia orgánica se recombinaban una y otra vez, flotando en una especie de sopa orgánica. Aún no había vida en el tercer planeta desde el Sol, pero sus componentes ya se estaban formando.
Esta teoría del surgimiento de la vida resulta familiar, pero no lo era en 1924 cuando el bioquímico ruso Alexandr Oparin la describió en El origen de la vida en la Tierra. En este libro el científico criticaba a varios de sus colegas por acudir a explicaciones sobrenaturales para resolver el problema. Argumentaba, en cambio, que los seres vivos no pudieron surgir de repente y con tanta complejidad en sus estructuras, como afirmaban los defensores de la generación espontánea.
Apoyándose en la Teoría de la Evolución de Charles Darwin, Oparin afirmaba que las moléculas orgánicas compitieron entre sí, haciéndose más complejas, hasta dar con una estructura que les permitió duplicarse y así transmitir sus características a las réplicas.






El biólogo mexicano Antonio Lazcano Araujo, discípulo de Oparin, es en la actualidad una de las figuras principales en el campo del estudio del origen de la vida. Catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es también asesor de la NASA y fue presidente de la Sociedad para el estudio de los orígenes de la vida. Escribió varios libros de divulgación, entre los que se destaca El origen de la vida, que ha vendido 700.000 ejemplares.
Estuvo de visita en Uruguay en setiembre de 2009, participando de la Segunda Escuela Iberoamericana de Astrobiología, organizada por la UNESCO y la Facultad de Ciencias. También brindó una conferencia pública en la Intendencia Municipal de Montevideo.





Lazcano se considera un gran privilegiado porque cuando ingresó en el campo de estudio del origen de la vida, "los clásicos, los creadores del campo de estudio, no sólo estaban vivos sino activos intelectualmente". Siendo muy joven desarrolló amistad con figuras notables como el bioquímico español Joan Oró y con los biólogos estadounidenses Leslie Orgel, Stanley Miller y Lynn Margulis, primera esposa de Carl Sagan, de quien también fue amigo cercano.
Entre sus intereses está el de colaborar con la astrobiología, disciplina científica que investiga el origen y la presencia de la vida en el Universo. Lazcano reconoce que aún no se han obtenido pruebas de vida extraterrestre, pero cree que hoy la búsqueda es más aceptada que en sus inicios, en los años sesenta. "La gente siente que es un problema legítimo a investigar".




  

AL PRINCIPIO DE TODO. Tras décadas de investigación, Lazcano dice no sentirse cansado, porque el problema del origen de la vida "nunca va a tener solución porque por un lado no sabemos cómo surgió y por otro hemos perdido en el curso de la evolución del planeta los sedimentos que nos podían dar información directa, entonces siempre va a ser un problema abierto". Agrega que en eso radica la fascinación del tema.
A pesar de la pérdida de esa información inicial, Lazcano desarrolló una explicación apoyada en décadas de investigación. En aquella Tierra primitiva, geológicamente muy activa y turbulenta, fue muy fácil la síntesis de acumulación de compuestos orgánicos, piensa Lazcano. Estas reacciones químicas se dieron en una especie de sopa prebiótica que pudo haberse formado "en un charco o sobre una capa de arcilla".
El hecho de que la vida apareció muy pronto en la Tierra, hace 4.000 millones de años, está probado por fósiles de estos primeros organismos hallados en Canadá y Australia. "En el registro fósil encuentro huellas de que tan pronto como hubo agua líquida en la superficie de la Tierra, no tardó la vida en aparecer". Explica que cuando en el laboratorio se examinan las reacciones químicas que permiten acumular compuestos orgánicos, "lo que uno ve es que no hay ninguna reacción que sea lenta. En horas o en semanas a más tardar acumulamos compuestos. El ARN (ácido ribonucleico), que es un ácido nucleico más antiguo que tienen muchos virus, puede evolucionar y llevarnos a poblaciones con propiedades moleculares nuevas, en cuestión de semanas".





Justamente esta molécula es la protagonista de la llamada hipótesis del mundo de ARN, que postula que este ácido nucleico formó parte de las primeras formas de vida en la Tierra.
El biólogo mexicano dice que no hay ninguna razón para suponer que estos procesos químicos fueran muy lentos. "Hubo una época en la que pensábamos que la evolución transcurría muy lentamente y ahora sabemos que no". Pone un ejemplo: "uno introduce un antibiótico en el mercado y bastan a veces semanas para que aparezcan formas resistentes. Cada año nos tenemos que vacunar contra la influenza estacional, porque el virus está mutando o está intercambiando segmentos de su genoma. Eso es parte del proceso de evolución".






Foto tomada por el robot Spirit desde la cima de la colina Husband, en Marte.



VIDA EN EL VECINDARIO. Lazcano no es muy optimista en cuanto a la posibilidad de que haya vida en otros cuerpos del sistema solar. "Esto nos plantea el reto de tratar de afinar nuestro modelo de qué es lo que se requiere para que surja la vida".
A contrapelo de las expectativas de sus colegas más optimistas, piensa que en Marte tampoco hubo vida, a pesar de las pruebas encontradas de que ese planeta tuvo un clima más benigno en el pasado que permitió agua líquida en su superficie. "Me encantaría estar equivocado", afirma. Explica que las personas suelen creer que la presencia de agua implica también la de vida, pero asegura que es al revés. "Si tengo vida es probable que tenga agua. Pero si hay agua no necesariamente significa que haya vida". Lazcano dice que un indicio de esta ausencia es que la atmósfera de Marte está en equilibrio químico. Por ejemplo, la presencia de vida en la Tierra se demuestra por los gases que producen los seres vivos y que afectan la química atmosférica. En cambio "el equilibrio químico de la atmósfera marciana lo podemos explicar en términos estrictamente físico-químicos".
Al mismo tiempo advierte que como es muy atractiva la idea de que haya vida en Marte, "debemos ser nuestros críticos más severos y suponer que no la hay mientras no se pueda sugerir lo contrario".







Recuadro inédito:

Carl Sagan

“Sagan era un hombre muy inteligente y muy agudo. Hay quienes piensan que era excesivamente vanidoso, pero esa nunca fue mi experiencia personal”. Antonio Lazcano le conoció cuando coincidieron en un proyecto de la NASA. La  relación entre el joven biólogo con el astrónomo y su familia fue muy estrecha. Actualmente Antonio Lazcano es amigo de Dorion Sagan, primer hijo del astrónomo, que tuvo con Lynn Margulis y es “padrino laico” del nieto de Sagan, Tonio. “Estábamos todos en el mismo campo, entonces había muchas razones por las que nos llevábamos muy bien”.
Lazcano relata que en una ocasión Sagan le preguntó si había leído su novela Contacto, “que escribió con Ann Druyan”, su tercer esposa, pero él le dijo que no le gustaba la ciencia ficción. Seguidamente el biólogo le invitó a dar una charla a México, entonces Sagan le puso dos condiciones: “Uno, que me lleves a la iglesia de Tonantzintla, (una iglesia barroca e indígena del siglo XVII que está en México) y dos, que veas la película que están haciendo sobre mi libro”. Lazcano recuerda con pesar que estando en París, en 1996, finalmente la pudo ver, “pero con un poco de amargura porque Carl ya había muerto”.
 






Lazcano recuerda con admiración a aquel astrónomo que se sintió atraído por la biología. “Es muy bueno que un hombre tenga intereses intelectuales tan amplios. Él iba todos los veranos a trabajar con Herman Muller, que luego recibió el Premio Nóbel, por demostrar el efecto mutagénico de los rayos X”. Sagan aprendió mucho sobre genética y “como era de una inteligencia muy notable y una curiosidad científica enorme, siempre se movió en círculos muy atractivos que lo llevaron a interaccionar con Leslie Orgel, con Francis Crick y allí conoció a su mujer Lynn Margulis”.
Otro aspecto que resalta del astrónomo es su falta de prejuicios, por ejemplo al entablar contacto con científicos soviéticos a pesar de la Guerra Fría. “Eso no fue trivial; creo que ese aspecto, el de apertura, es uno de los más atractivos y de los más generosos de la sociedad estadounidense”, destaca.
Lazcano cuenta que cuando murió Isaac Asimov, en 1992, la revista Nature le pidió a Sagan que escribiera un obituario. “Entonces Carl dice algo que me gustó mucho: que la preocupación de Asimov por popularizar la ciencia fue una forma de democratizar el conocimiento”. Lazcano concuerda en que la ciencia tiene que tener un lenguaje muy preciso y ser muy clara en sus conceptos, “pero la ciencia es de todos y me da horror pensar que por las condiciones socio-económicas haya niños y niñas que puedan ser una nueva Madame Curie o un nuevo Darwin y los perdamos en los barrios pobres”. Opina que la ciencia tiene que estar al alcance de todo el mundo. “Hay una belleza intrínseca en la investigación, en el proceso de adquirir el conocimiento, que luego se tiene que transmitir como parte de la cultura. No veo por qué la ciencia tenga que ser para iniciados”.


Copyright © EL PAIS S.A. 1918-2009






miércoles, 30 de septiembre de 2009

Repartiendo las XO del Plan Ceibal

Hace tiempo que no publico notas de las que hago en el Departamento de Comunicaciones Institucionales del Correo Uruguayo. Con mis compañeros sacamos cada tanto una revista institucional de nombre La Posta. El año pasado, en el nº 22 hicimos una cobertura al reparto que hace Correo Uruguayo de las laptops XO del Plan Ceibal. A fines de mayo de 2008 fui en una camioneta a distribuir las computadoras a algunas escuelas rurales de Colonia. Fue una experiencia genial, que hace tiempo quiero compartir con ustedes. Al momento de publicar esto, ya casi no quedan escuelas en Montevideo que no hayan recibido sus computadoras. Esto quiere decir que se entregaron 350.000 computadoras a todos los escolares de Uruguay y a 16.000 maestras y maestros de todas las escuelas públicas.







Un niño, una computadora.






La Posta estuvo en Colonia, acompañando el reparto de computadoras portátiles a las escuelas rurales de ese departamento del Oeste del país.


Partimos en una camioneta del Correo a las seis de la mañana desde Planta de Paquetes llevando laptops para los niños de seis escuelas del interior del departamento. Viajamos por la Ruta 1 hasta la altura de Juan Lacaze, donde doblamos hacia el norte siguiendo la ruta 54. Al salir el sol, los grandes bancos de niebla que flotaban sobre los campos comenzaron a disiparse.







Pájaros de todos los colores aparecían al borde del camino. Pronto la camioneta llegó a Colonia Miguelete, un pueblo pequeño sobre una larga cuchilla. Saliendo de allí doblamos hacia el sur por un camino de tierra hasta que encontramos la primer escuela del recorrido, la número 22 de Cerro de las Armas. Como el terreno era allí más alto soplaba un viento frío. Golpeamos la puerta y nos recibe la maestra. La acompañan sólo dos de sus alumnos –“Somos del Correo”- le decimos y no creamos ninguna sorpresa, quizá piensa que es un envío habitual. “Trajimos las computadoras” insistimos y ahí sí los rostros de la maestra y de los niños se iluminan. No esperaban nuestra llegada. La escuelita tiene sólo cuatro niños de primaria y dos preescolares. Entregamos las cuatro laptops a Mary, la maestra, saludamos a los niños y pedimos instrucciones para la siguiente escuela.


El camino de tierra serpentea por las colinas. Cruzamos puentes y pasamos tractores. La gente que vemos saluda a su paso a la camioneta del Correo. Todos más o menos intuyen a qué venimos.

Sobre una loma está la escuela número 33, pero no encontramos a ningún niño. La auxiliar de la directora nos recibe las computadoras y nos indica el camino a la siguiente escuela.


Llegamos a Campana, sobre la ruta 55. La escuela es más grande y tiene varios salones. Pero aquí todavía no hay escolares. Vienen de tarde y por la mañana funciona un pequeño liceo. Séptimo, Octavo y Noveno, se llaman los grados en que una veintena de gurises se juntan en un salón de clases. Miran con alegría como bajamos las cajas con las laptops y al mismo tiempo con cierta tristeza. A ellos no les traemos computadoras, pero quizá más adelante. Saludamos y seguimos viaje hacia el oeste por otro camino de tierra. Vemos la escuela 116, muy bonita, con un gran ventanal por donde los niños ven pasar la camioneta. Inmediatamente se dan cuenta de que traemos las laptops. La maestra sale a recibirnos. “Las computadoras, las computadoras, empezaron a gritar ni bien los vieron”, nos cuenta la maestra. Entramos a la escuela donde los niños de primero hasta sexto comparten un único salón de clase. Ahí nos enteramos que las escuelas rurales comienzan a partir de las diez de la mañana. Por eso no encontrábamos niños en las anteriores.






La maestra abre las cajas y saca las máquinas. Cada una está identificada con el nombre del niño. La maestra les entrega las máquinas llamándolos de a uno, como si fuera un gran premio. Los niños no pierden un instante y ya comienzan a explorarlas. La maestra y su auxiliar no dan abasto con las preguntas de la clase. Natalia está en sexto año. Nos cuenta que piensa sacar fotos y mandar mensajes a sus compañeros. Juan Ignacio encuentra un programa para hacer música. No tiene computadora en su casa pero sabe usarla porque su tía tiene una. Le encanta jugar y chatear con sus amigos.


“Ya le van a agarrar la mano”, nos dice con seguridad Alejandra, la maestra. Explica que piensa usar las laptops como una herramienta, “para trabajar en Internet con las clases de geografía, buscando mapas para estudiar Uruguay”.



Maestra María del Rosario y sus alumnos de la Escuela Nº 35 de San Roque.



Saludamos y seguimos rumbo hacia el poniente hasta la escuela 35 de San Roque. Los niños nos ven por la ventana y suspiran de alivio. Por fin llegaron las computadoras que ya deseaban desde marzo. Nos recibe la maestra María del Rosario. La escuela tiene un salón de clase grande, compartido por todos los niños, de sexto a jardinera. La maestra entrega las pequeñas computadoras verdes llamando a sus alumnos por el nombre. Parece Día de Reyes. Los niños encienden sus máquinas sin perder un instante. Al minuto muchos de ellos ya conectaron la diminuta cámara que tienen las computadoras y filman a sus compañeros. Es que la maestra con su máquina, que ya la tenía hacía un mes, empezó por enseñarle a los más grandes. “Los niños estaban ansiosos con la llegada de las máquinas; todos los días me preguntaban: ¿Maestra cuando llegan las computadoras?”, nos cuenta.








María del Rosario explica que igual van a seguir trabajando “con el cuaderno y el pizarrón”, y con las máquina van a “trabajar en la parte de lenguaje, en la corrección del texto, y hacer cuentas con la calculadora”. Lo más importante resalta es que los niños van a poder conseguir material para estudiar. “Acá es muy difícil pedir información a los niños. Algunas familias tienen en la casa enciclopedias, pero acá no hay bibliotecas para que vayan los niños”, dice.


Llega la hora del almuerzo y los niños apagan sus computadoras. Les pedimos que salgan un instante para sacarles una foto. Los niños enseñan triunfantes sus coloridas computadoras.








La última escuela es la 74 del Paraje Santa Rosa. El camino se interna en ángulos rectos por el campo, bordeando establecimientos rurales. El edificio parece el más antiguo de todos los que hemos visto. Bajamos las cajas y los niños nos rodean. La maestra aún no se recupera por la sorpresa. Nos recibe y nos invita a pasar a la clase. Entrega las máquinas una por una a los sonrientes niños que no reprimen su felicidad. También aquí son rápidos como un rayo. Han pasado pocos minutos y los escolares se comportan como si las estuvieran usando hace meses. 

Nancy, la maestra nos explica que los niños ya tienen computación con una profesora una vez por semana. Pero ahora todos tienen una por banco. “El niño es mágico con la computadora, aprende con mucha facilidad”, dice Nancy. Aunque antes no estaba en su planes aprender computación, desde hace cuatro años que está capacitándose. Piensa que las laptops les ayudarán en la parte de investigación y en matemáticas.





Maestra Nancy y sus alumnos de la Escuela Nº 74 del Paraje Santa Rosa.



Le agradecemos a la maestra y nos retiramos. Los niños salen al patio de la escuela para despedirnos. Una niña nos graba con la cámara de su computadora. Se hace tarde y los niños deben continuar con la clase. Les queda mucho por aprender en el manejo de las nuevas máquinas, pero cuando se aprende jugando no hay ningún apuro.








martes, 22 de septiembre de 2009

Dinosaurios de tierra adentro.

País Cultural


Viernes 06.07.2007 Montevideo, Uruguay


Paleontología en Tacuarembó


Dinosaurios nativos






DANIEL VELOSO



EL HALLAZGO de fósiles de dinosaurios en Tacuarembó, los más antiguos encontrados en Uruguay, revela un pasado remoto de millones de años, cuyo desciframiento llevará varias décadas de trabajo. En los últimos años el esfuerzo de los paleontólogos uruguayos ha sido recompensado con el hallazgo de dientes fosilizados de dinosaurios, siendo los registros más antiguos de estos animales extintos encontrados en Uruguay. Su estudio aporta nueva información sobre la vida en Sudamérica hace 150 millones de años. En las últimas décadas se han encontrado en Argentina fósiles de dinosaurios que han cambiado por completo lo que se sabía sobre estos animales. Desde los dinosaurios más antiguos hasta verdaderos gigantes han ido apareciendo en las áridas tierras de la Patagonia. En este escenario de descubrimientos espectaculares y cambios de paradigma científico, es donde la paleontología uruguaya busca su lugar. Por fortuna el territorio uruguayo posee formaciones rocosas del Mesozoico, el extenso período en que vivieron los dinosaurios. La formación que posee rocas de fines de los períodos Jurásico y comienzos del Cretácico es llamada Formación Tacuarembó, ubicándose en los departamentos de Tacuarembó y Rivera, al norte del país.






La formación Tacuarembó aparece en el mapa en color azul.




DESIERTO JURÁSICO. Hace más de 200 millones de años, donde ahora se encuentra el territorio uruguayo, se extendía un inmenso desierto que continuaba por el sur de Brasil, atravesando África hasta llegar a Arabia. Esto era posible porque los actuales continentes estaban unidos en dos grandes masas de tierra: Laurasia al Norte y Gondwana al Sur. Estos dos bloques comenzaron a separarse y a dividirse gracias a un fenómeno de la corteza terrestre conocido como deriva de los continentes. En el período al que corresponden los fósiles encontrados, hace 150 millones de años, Sudamérica y África ya se habían separado dejando entre ellos un angosto Océano Atlántico. Igualmente el clima se mantenía árido y la escasez de lluvias permanecía en ambas orillas.







Estudiantes de paleontología de la Facultad de Ciencias trabajando sobre el yacimiento fosilífero. Marzo de 2005.







En aquel hábitat extremo la vida se las arreglaba para existir. Ríos temporales fluían por el terreno desembocando en grandes lagos someros. En el medio acuático había peces de gruesas escamas llamados ganoides, tortugas, tiburones de agua dulce, cocodrilos de hocico alargado y peces pulmonados, capaces de avanzar cortos trechos por tierra en caso de sequía. En la vegetación de las orillas habitaban los dinosaurios, los primeros de su tipo. La erosión eólica impidió la formación de fósiles en la superficie, pero en cambio sí pudieron formarse en los lechos de las corrientes de agua.







El paleontólogo Daniel Perea sacando una foto al "banco osario".




Estos depósitos aluvionales, conocidos como bancos osarios, de unos pocos centímetros de ancho, son lo que encuentran los paleontólogos en las areniscas de Tacuarembó. Ricos en escamas de peces, también encierran dientes de cocodrilo, de tiburón y caparazones de moluscos. Pero lo más sorprendente fue hallar dientes de dinosaurios carnívoros. De 3,5 cm. de largo, son aplanados y con bordes aserrados como cuchillos. Identificar la especie de dinosaurio únicamente por sus dientes es complicado, pero no imposible. Comparando sus características los investigadores han encontrado similitudes con los del Dromaeosaurus albertensis, un "raptor" pariente del conocido Velociraptor que vivió a fines del Cretácico en el Hemisferio Norte.










Los raptores eran carnívoros bípedos, de no más de un metro de altura y bastante inteligentes, ya que se cree que atacaban en grupo a sus presas. Actualmente han surgido varios fósiles que prueban que además poseían plumas, lo que refuerza la teoría de que las aves y algunos dinosaurios tienen un antecesor en común. Encontrar registros de estos raptores en el Hemisferio Sur ha sido novedoso, incluso ha desatado un debate sobre si se originaron aquí primero. Por otro lado resulta un misterio la ausencia de dientes de dinosaurios herbívoros. Según el joven paleontólogo Matías Soto, como los dientes encontrados carecen de raíz y poseen sus puntas muy desgastadas, tal vez se trate de los que perdían durante la alimentación, al morder a los peces ganoides, de durísimas escamas.











En décadas pasadas ya se había podido identificar otros fósiles de animales que resultaron ser exclusivos de esta Formación Tacuarembó como la almeja gigante Tacuaremboia caorsii y el cocodrilo Meridiosaurus vallisparadisi. Pero ha sido de mayor importancia encontrar fósiles que se correspondieran con otros hallados a miles de kilómetros de distancia, en el África sahariana y Arabia, como el tiburón de agua dulce Priohybodus arambourgi. De esta manera se pudo datar a la formación, ubicándola entre el Jurásico tardío y el Cretácico temprano.










UN LUGAR PARA SUDAMÉRICA. En las últimas décadas Sudamérica ha empezado a reclamar con fuerza un papel importante como continente en el que se originaron muchas ramas de los dinosaurios. En 1991, en el norte argentino, en el Valle de la Luna, provincia de San Juan, se encontró el fósil de un pequeño dinosaurio, bautizado Eoraptor, que por su antigüedad, 230 millones de años, es uno de los más primitivos. En contraste, en el sur patagónico se encontró el que puede ser el animal terrestre más grande que haya caminado por la tierra, el Argentinosaurus huinculensis. Un saurópodo titanosaurio, de largo cuello, de 35 metros de largo que vivió hace 90 millones de años. Sudamérica también detenta el récord del carnívoro más grande, el Giganotosaurus carolinii, aún mayor que el famoso Tyrannosaurus rex, del Hemisferio Norte. Estos descubrimientos han revolucionado la paleontología. En Uruguay existe la posibilidad de que se encuentren fósiles que aporten más datos a la comprensión del origen de los dinosaurios. Actualmente la Facultad de Ciencias se ocupa de estudiar este campo, pero el escaso presupuesto asignado y los pocos profesionales dedicados a la paleontología han hecho que el avance sea lento. A pesar de ello, una nueva generación de paleontólogos se está formando con el ingreso de estudiantes venidos de secundaria, estimulados por la gran cantidad de documentales que difunde la televisión. Según el paleontólogo Daniel Perea, responsable del proyecto de investigación, "apenas se está comenzando a arañar la superficie". Recién en 1999 se encontraron los primeros fósiles de dinosaurios en la Formación Tacuarembó, comunicándose la noticia en 2003 a través de la revista especializada Alcheringa. La importancia que tiene la Formación Tacuarembó se debe a la ausencia de estos fósiles en rocas del mismo período en el resto de la región. También a nivel mundial son pocas las evidencias encontradas en lo que era Gondwana para fines del Jurásico. Un proyecto de la Facultad de Ciencias, cuyo objetivo es aumentar el conocimiento sobre la fauna que habitó ese antiguo desierto está siendo sustentado por el Fondo Clemente Estable. Además recibe un pequeño apoyo de la Jurassic Foundation de Norteamérica. Estos modestos aportes apenas alcanzan para el magro sueldo de un ayudante, el combustible del vehículo, las herramientas y los viáticos.



Titanosaurios

REPTILES Y MAMÍFEROS. El territorio uruguayo esconde más sorpresas. Hay otras dos formaciones que poseen fósiles de dinosaurios. En Paysandú se encuentra la Formación Guichón, que data de principios del Cretácico Tardío, ubicándose restos de iguanodontes y de otros reptiles extintos, como el cocodrilo Uruguaysuchus. También en el litoral está la Formación Mercedes, pero de fines del Cretácico Tardío, más próxima en el tiempo, presentando fósiles de unos herbívoros conocidos como Titanosaurios, además de sus nidos y sus huevos fosilizados. Los fósiles de vertebrados más comunes encontrados en Uruguay no pertenecen a dinosaurios, sino a mamíferos que vivieron hace miles de años tan sólo. Placas de la coraza de armadillos gigantes o gliptodontes, o garras de megaterios, enormes perezosos terrestres, se pueden hallar en las costas oceánicas y en las del Río de la Plata, así como en los terrenos superficiales de casi todo el territorio nacional. Sus esqueletos enteros han sido reconstruidos y se exhiben en varios museos de Ciencias Naturales de Uruguay. Pero para tener a la vista por aquí un espectacular esqueleto de dinosaurio, falta tiempo.




Copyright © EL PAIS S.A. 1918-2009


viernes, 21 de agosto de 2009

Primera nota.




Primera nota
Hace ocho años conseguí publicar mi primer nota en el Cultural, después de haberlo intentado en varias oportunidades. En 1995 presenté una nota sobre el Batman de Frank Miller, el de Dark Knight (Caballero de las tinieblas) que al final no me la aceptaron. Reelaborada un poco más, la llevé a la gente de Brecha que por suerte les gustó y la publicaron. Luego fui a la carga con una nota sobre cambio climático, pero estaba un poco desordenada y me metía mucho con George W. Bush y sus intenciones de extraer petróleo de un parque nacional en Alaska. Esa tampoco salió.

Después vino la oportunidad en 2001 con el agujero en la capa de ozono. Para esta tuve más suerte. Me ayudó mucho Mario Caffera, un gran científico y mejor persona de la Facultad de Ciencias y la Ingeniera Química Mirian Vega, del MVOTMA, que hasta me mandó a casa un sobre con pila de material que publicaba el ministerio.Fue mi primer artículo de divulgación científica. Unos meses después, cuando se organizó un curso de periodismo científico en Facultad de Ingeniería, en la que tuve como profesor a Leonardo Moledo, aquella modesta nota sobre el agujero de ozono me permitió inscribirme como periodista científico.
Así fueron las cosas. La nota como es de 2001 hay que actualizarla.
Prometo hacerlo en breve. Un abrazo.




El País Cultural

Viernes 05.10.2001 Montevideo, Uruguay



La capa de ozono



Antes que anochezca




Daniel Veloso
EL FLUJO CONSTANTE de información que llega a través de los medios masivos de comunicación hace que el lector pierda la pista de muchas noticias que, aunque lo desconozca, son de importancia clave en su vida. Aquella noticia del "agujero de ozono" sobre la Antártida acaparó los titulares de todos los medios: era una catástrofe que sugería que la gente tendría que vivir bajo tierra ya no se podría salir al aire libre sin exponerse a una quemadura solar.
El tiempo pasó y muchos se han olvidado de los pronósticos apocalípticos. El agujero de ozono es una tenue banda de varios kilómetros de alto, en una zona de la atmósfera conocida como estratósfera, que nunca ha sobrepasado los límites del continente antártico, a pesar de su gran extensión y profundidad.
Su borde inferior comienza a los 10 km. de altura y se extiende hasta los 50 km. Por debajo está la Troposfera, donde se desarrolla la vida, conteniendo el 85% del aire; ésta mantiene el calor como una manta e impide que se escape al espacio.
En segundo lugar, el agujero en la capa de ozono no dura todo el año sino tan sólo durante la primavera.
Son episodios que se repiten año tras año, desde que fuera detectado por primera vez en 1982.
En primavera, en la atmósfera polar, al recibir nuevamente radiación solar, se inician reacciones químicas que destruyen la molécula de ozono, produciéndose otras moléculas que no cumplen con el papel del primero: detener los rayos ultravioletas en la estratósfera, e impedir que lleguen al suelo, donde serían nocivos para la vida.
Sin embargo, este proceso de destrucción del ozono no se da sólo sobre la Antártida, donde sus efectos parecen no alcanzarnos, sino en toda la atmósfera y en todo momento. Este proceso de disminución continua de la concentración de ozono en la atmósfera de todo el planeta --a razón de un 2% cada diez años-- constituye el principal problema. Para el 2006 habrá disminuido un 10% desde 1956, y el ritmo parece imparable. Ya se han vertido a la atmósfera millones de toneladas de compuestos químicos, en su mayor parte producto de las industrias de países desarrollados, que estarán allí, flotando, durante muchas décadas más.




EL ORIGEN. Luego de una serie de mediciones de las concentraciones de ozono en la estratósfera solar, el equipo de investigación británico con base en la Antártida comenzó a obtener ciertos datos. Así, en la primavera de 1982, Joe Farman y su equipo de Halley Bay descubrieron una anomalía: un agujero en la capa de ozono. Las concentraciones de O3 en la atmósfera sobre sus cabezas había descendido muy por debajo de lo normal. Primero creyeron que sus viejos instrumentos estaban funcionando mal.

Por esos años, el satélite meteorológico Nimbus 7 estudiaba la atmósfera utilizando el espectómetro de ozono (o TOMS) y un instrumento que mide la luz ultravioleta que es devuelta al espacio, el SBUV. Los instrumentos deberían haber detectado la caída de las concentraciones de ozono que Farman estaba midiendo en la Antártida; en su lugar medían hasta el umbral de las 200 Unidades Dobson (UD), y todos los datos por debajo de esta marca no eran procesados. Tiempo después, Farman volvió a la carga con nuevos instrumentos. En 1985 las medidas eran tan bajas que el problema ya no podía adjudicarse a los instrumentos. Para 1987, los valores demostraban la destrucción del 50% del ozono sobre la Antártida en los meses de agosto y setiembre.

Ese adelgazamiento en la estratosfera es lo que se llamó agujero de ozono. El ozono comenzaba su recuperación en noviembre, pero la disminución se hacía notar año tras año, nunca recuperando los niveles de 1970 (300 UD). En 1987 se llegó a tener 125 UD, y en 1998 tan sólo 100 UD. Con los datos de los satélites y de las bases científicas en tierra, la NASA empezó a publicar imágenes del agujero que tanto fascinaron como asustaron a la población mundial. Imágenes digitales mostraban el espeluznante espectáculo del "agujero" cubriendo la totalidad del continente helado: era una profundidad del tamaño del Everest y tan extenso como los EE.UU.






LOS VILLANOS DEL CUENTO. Entran los malos de la historia. Los CFCs (o Clorofluorcarbonos, o freones) son gases inertes, descubiertos en la década del treinta por Thomas Midgley, quien además tiene el honor de haber inventado la nafta con plomo. Los CFCs poseen la valiosa propiedad de no reaccionar con otros gases, algo que fue aprovechado por diversas industrias como la química y la de refrigeración. Fue así que de los sesentas en adelante apareció el boom de los "sprays" o aerosoles, pinturas y desodorantes, presentados de manera novedosa. El problema surgió cuando aquellos científicos británicos en la Antártida, que venían midiendo el ozono, midieron también un incremento en la atmósfera de los CFCs. Se preguntaron si había alguna relación entre el aumento de los CFCs y la disminución del ozono. La pista se hallaba en que durante las condiciones de bajísimas temperaturas del invierno antártico se producen reacciones químicas entre el cloro que contiene la molécula CFC y el ozono. Otro factor era de tipo dinámico: cambios en la circulación del aire en la atmósfera del Hemisferio Sur, relacionados con el cambio climático, producen cada invierno un vórtice que no permite que el aire expuesto al frío y a la oscuridad sobre la Antártida se mezcle con el aire más caliente de latitudes menores. El vórtice está formado por una barrera de vientos que circulan en torno al continente, aislando el aire frío. Justamente cuando surge el episodio "agujero de ozono" en cada primavera, sus límites llegan hasta el vórtice. Sin embargo, se han detectado pequeños miniagujeros que escapan de la región polar. Cada agujero dura pocos días y luego desaparece. Incluso a fines de los noventas se detectó el pasaje de un miniagujero sobre territorio uruguayo.





¿Pero cómo el cloro de los CFCs destruye al ozono? Los CFCs liberados a la atmósfera por la actividad humana, suben lentamente hasta la estratosfera, encima de los 10 km. de altura, donde la radiación ultravioleta proveniente del sol los destruye, quedando libres los átomos de cloro. El cloro liberado captura un átomo de la molécula de ozono (O3). De esta reacción química surgen una molécula de oxígeno (O2) y una molécula de monóxido de cloro. A su vez, por medio de otras reacciones químicas, el cloro puede ser liberado nuevamente y, actuando como un pacman, puede llegar a destruir 100.000 moléculas de O3 y al final del proceso recomenzar.

Este proceso se detiene cuando el átomo de cloro reacciona con otro cloro. Si tenemos en cuenta que los CFCs (o freones) utilizados en la industria tienen una vida promedio de cien años, podemos comprender la gravedad del fenómeno. Porque aunque se reconozca que el vórtice circumpolar formado en el invierno en torno a la Antártida obedece a un cambio dinámico en la circulación del Hemisferio (el que permite que se produzcan las reacciones químicas que destruyen el ozono cuando esa zona de la atmósfera comienza a recibir luz solar), no debe perderse de vista que esto no hubiera ocurrido sin la enorme cantidad de cloro liberado por la actividad humana con la evacuación de los CFCs a la atmósfera.
Consultado sobre el tema, el meteorólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Lic. Mario Caffera insistió en el problema central de la agresión a la capa de ozono: "Cuando hablamos de la disminución, hablamos en su conjunto. Que el agujero de ozono, sea más grande o más chico, va a tener una importancia relativa frente al proceso de disminución continua. Y eso es lo grave, y es lo que se pretendió atacar con el protocolo de Montreal en 1987. Y no alcanza. Porque la atmósfera responde mucho más lentamente. Ahora hay propelentes de aerosoles que no afectan la capa de ozono, pero como aquellos eran efectivos atacando la capa de ozono, estos son muy efectivos en abrigar la atmósfera. Son los gases de invernadero, que tienen de 5.000 a 50.000 veces el poder de absorción del infrarrojo que el anhídrido carbónico. La atmósfera va a poder calentarse a un ritmo más grande. Son todos una serie de problemas que precisan nuevas soluciones. Son a la vez desafíos ecológicos y tecnológicos a problemas nuevos que surgen constantemente".





EN URUGUAY. Estamos de acuerdo en que el fenómeno del agujero de ozono es grave, en que es un episodio atmosférico que tiene lugar sólo en primavera y en que el ozono destruido es recuperado cuando el vórtice circumpolar desaparece y el aire rico en ozono de latitudes menores ingresa a la Antártida, mezclándose con el aire empobrecido. Lo que ocurre es que el fenómeno principal es la disminución del ozono en toda la atmósfera, perjudicando la vida terrestre. El ozono limita el pasaje de rayos ultravioletas, pero si aquél disminuye, los rayos tienen más posibilidades de alcanzar la superficie y dañar la vida.

Un imperativo es detener la fabricación de los gases que dañan la capa de ozono y evitar el consumo de aquellos productos que tengan estos gases dentro de sus componentes (como los aerosoles), o bien hayan sido utilizados en el proceso de fabricación (como los colchones de espuma).


Para detener la producción de CFCs en el mundo, en 1987 se firmó en Montreal, Canadá, un protocolo en el que 23 países se comprometieron a disminuir la producción de CFCs a la mitad para el año 1999. Uruguay, que es firmante del tratado, ha logrado en pocos años reducir el consumo de sustancias agotadoras de la capa de ozono. En 1996, el consumo había descendido en un 45% con respecto a su año base, tres años atrás. El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, asistido por el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal (organización que funciona en la órbita de las Naciones Unidas), llevó adelante una serie de medidas. Se creó el Sello del Ozono, desarrollado por el LATU, para los productos que no utilizaran CFCs en sus ingredientes ni en su producción. Además, se definieron las normas de control de la utilización en la industria de estas sustancias y una campaña de sensibilización de la población. La parte más importante del proyecto era la reconversión de las industrias que utilizaban CFCs en sus procesos industriales.






Para ello se detectó cuáles eran las Sustancias Agotadoras del Ozono (SAO) más usadas por la industria y se determinó que éstas eran el CFC-12, utilizado en la manufactura y el servicio de refrigeración, y el CFC-11, fundamental en la producción de espumas de poliuretano rígido y flexible, o polifón. Inmediatamente se entablaron contactos con estas empresas a fin de coordinar el pasaje a una tecnología no contaminante. Según información suministrada por el MVOTMA, el 99% de los CFCs que se utilizan actualmente en la industria uruguaya pertenece al rubro de la refrigeración (heladeras, aire acondicionado, cámaras frigoríficas), y, al no producirse en el país, todos los CFCs utilizados por esta industria son importados. Por ese motivo, hace algunos años las heladeras nuevas traían un adhesivo con la leyenda: "50% ecológico", aludiendo a que no tenía CFCs, o por lo menos que los traían reducidos a la mitad. El problema del "gas de heladera" son las pérdidas que se producen cuando el electrodoméstico se rompe o cuando es abandonada: inevitablemente el gas se escapará a la atmósfera. Si el ciudadano-consumidor pretende colaborar en que las empresas de refrigeración no usen más los CFCs en sus productos, deberá preguntar directamente a vendedores y proveedores si el gas que carga la heladera o el sistema de refrigeración contiene gases que destruyen la capa de ozono.
Algunas empresas ya poseen equipos a la venta con otros refrigerantes (el R-134) que no dañan la capa de ozono, y el consumidor puede optar por ellos. A nivel mundial ya se utiliza el amoníaco (NH3) como refrigerante, con la ventaja de, en caso de fuga, ser detectado fácilmente por su olor, en contraposición de otro refrigerante sustituto de los CFCs, los HCFCs o hidroclorofluorocarbonos. El grave problema de estos gases es su alta toxicidad y su falta de olor, además de ser un eficaz gas de invernadero. En Uruguay el MVOTMA ha realizado en los últimos años jornadas de capacitación a mecánicos del sector de refrigeración, en las tareas de recuperación y reciclaje de los CFCs. Por otra parte, la industria química mundial dio el ejemplo cuando sustituyó los CFCs de sus aerosoles por otros inofensivos para el ozono. En ello tuvo su responsabilidad la presión del consumidor y de la opinión pública, así como la red internacional de grupos ecologistas, y lo mismo ha ocurrido con los fabricantes de colchones y de extinguidores, estos últimos por utilizar unos gases llamados Halones que intervenían en el ciclo de destrucción del ozono. Las campañas de concientización realizadas por el Ministerio han proliferado, a través de folletos que informan sobre la problemática y aconsejan vías para proteger la salud, sobre todo en los meses de mayor radiación de UV.


Ultravioletas

LA VIDA, incluida la humana, es sensible a la radiación ultravioleta. La banda de radiación solar entre los 290 y los 320 nanómetros es conocida como radiación UV-B. Es justo la parte del espectro donde el ozono de la estratosfera tiene que hacer su trabajo de absorber los ultravioletas. Pero no toda la radiación es detenida. Una pequeña parte alcanza el suelo. La radiación por debajo de los 290 nm, que hoy día es absorbida por el ozono, puede destruir los ácidos nucleicos de las células (ADN y ARN). Estos son los UV-C.






¿Qué pasaría si esta mortal radiación comenzara a llegar al suelo? La respuesta la encontramos si estudiamos los efectos que producen los UV-B. Estos ultravioletas producen quemaduras de piel, incluso pueden llegar a desarrollar cáncer de piel, el más peligroso es el melanoma maligno.

Otros problemas que trae a la salud la exposición a los UV son cataratas, lesiones de retina y córnea del ojo, así como la disminución de la actividad del sistema inmunológico. Es claro que el aumento de casos de cáncer de piel en los últimos treinta años también responde a otros factores, no sólo a la disminución del ozono de la estratosfera. Factores como la moda y las vacaciones en la playa han expuesto nuestra piel al sol más que en otras épocas.

Por ello es aconsejable que si se tiene que trabajar expuesto al sol o se está en la playa en los meses de mayor radiación solar ultravioleta (de octubre a marzo), se trate de proteger la piel cubriéndola o utilizando cremas con filtro solar. O simplemente no exponerse entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde a la radiación solar. A pesar de que la capa de ozono se ha reducido en porcentajes leves sobre estas latitudes, aumenta cada año la permeabilidad de ésta a los UV, lo que exige un mayor cuidado de nuestra salud. *


Un estudio local

URUGUAY TIENE dos observatorios de ozono estratosférico. Uno en Salto, en la estación meteorológica de Nueva Hespérides, de la Dirección Nacional de Meteorología, en convenio con la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Se está midiendo el ozono estratosférico desde 1996. Por otro lado la Fuerza Aérea tiene un programa de medición de ozono en la Base Artigas en la Antártida. El profesor Mario Cafera, que estudia la evolución del proceso de debilitamiento de la capa de ozono de la Facultad de Ciencias explicó que este emprendimiento es todo un desafío. Utilizando para su tarea costosos equipos, estos científicos deben tomar mediciones todos los días que el tiempo lo permita. Cafera explica que "estos datos van a servir en la red mundial, y van a tener significación a lo largo de los años. Esto demuestra que Uruguay está tratando de integrarse a la Ciencia Global, y lo hace en estas circunstancias socioeconómicas que nos toca vivir. Esto exige una gran responsabilidad. Los otros países del Cono Sur han dispuesto más fondos, pues tienen una visión más de futuro, de que la ciencia puede aportar adelantos tecnológicos, que pueden aportar a la producción y a la captación de divisas, y al mejoramiento del nivel de vida de la población." El observatorio de Salto llegó a detectar episodios de mínimos relativos de ozono estratosférico sobre el país. Esto coincidía con eventos de convexión muy fuerte (cuando el aire caliente asciende), de manera que las nubes podían en su crecimiento vertical inyectar aire troposférico, y por lo tanto muy pobre en ozono, sobre la parte baja de la estratósfera. Según Cafera este fenómeno se debía a grandes tormentas de verano. "Incluso se daba en Salto y en la costa no, y coincidía que los cúmulonimbos estaban en Salto y en la costa no."




* Nota: El autor agradece el asesoramiento del meteorólogo Lic. Mario Caffera, Profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y de la Ingeniera Química Mirian Vega, del MVOTMA.

Copyright © EL PAIS S.A. 1918-2009


Acá publico el link para leer la entrevista a Mario Caffera tal como la publicamos en el webzine EL Cráneo.

elcraneo.8m.com

domingo, 2 de agosto de 2009

VAGÓN – ESTADOS ALTERADOS



El viernes 24 de julio el grupo El pasaje, formado por Renzo Vayra, Daniel Pereyra y Roberto Poy presentó un nuevo número de la revista Vagón, en la galería de arte contemporáneo Marte Upmarket en la Ciudad Vieja.




Fue una reunión sencilla y muy alegre, donde los amigos nos acercamos a saludar al trío que con gran esfuerzo lanzan por segundo año consecutivo esta revista de historieta e ilustración.




El lugar fue el adecuado para presentar la revista, ya que en la galería se estaba exhibiendo una muestra de arte callejero, con mucha expresividad y colorido.

El vínculo a la galería es: http://marteupmarket.blogspot.com/





Vagón es puesto en marcha por Poy, Pereyra y Vayra, y en cada oportunidad invitan a varias personas a acompañarlos en el viaje.
En este número colaboraron Aldo Pérez, Jorge Mato, Verónica Vázquez, Elbio Arismendi y Ángel Lorenzo.

En El Durmiente, librillo que acompaña en cada edición a la revista, colaboran Santiago Olivera, Guillermo Fernández, Martín Barreto, Juan Spazandin, Juan A. Italiano y quien escribe.

En las cartas que también integran los satélites de obsequios de la revista, colabora Diego de los Campos.
También hay apariciones del pintor Kupka y del historietista Shelton.

Un abrazo y arriba.