El trabajo es el resultado de las entrevistas que tuve con el científico estadounidense John W. Renfrew en 2003 y 2004. Como John viene todos los años a Uruguay hemos charlado del tema muchas veces. Con un poco de suerte y más bien mucho laburo, para el 2009 habrá un nuevo artículo sobre la agresión, pero enfocado en el rol que se le atribuye a la televisión como incentivadora de la violencia. Desde ya hay que decir que no hay consenso entre los investigadores sobre este tema.
País Cultural
Viernes 07.05.2004 Montevideo, Uruguay
Las investigaciones de John Renfrew
Agresión por muchas causas
Daniel Veloso
DOS AUTOMOVILISTAS distraídos evitan chocar en un cruce. Uno de ellos asoma la cabeza por la ventanilla e insulta al otro conductor. Dos niños, de los que ofrecen estampitas en los ómnibus, juegan al fútbol en la parada con una botella de plástico. El más chico hace un gol y el otro enojado lo toma del cuello y le pega en la nariz. Son simples ejemplos de la vida en una ciudad como Montevideo, donde los hechos agresivos son muy comunes.
El científico y profesor estadounidense John W. Renfrew ha investigado por años la agresión y las causas bioquímicas y sociales que hacen que las personas se agredan. En su libro La agresión y sus causas muestra las ventajas de utilizar técnicas científicas para explicar el fenómeno.
Primer libro de Renfrew escrito en español y publicado por la editorial Trillas de México en 2001. Es una obra más académica y extensa que su nuevo libro, "Agresión, naturaleza y control".
DE LA SOCIEDAD AL PLOMO. El profesor Renfrew nació en 1940 en New York. Ha sido distinguido con varios premios, y es Doctor en psicología fisiológica y profesor en la Universidad de Michigan del Norte. En el Uruguay trabajó en el Instituto Clemente Estable y para el Instituto Interamericano del Niño. Su aproximación al tema atiende múltiples aspectos y factores. "La agresión es una variable dependiente, causada por cualquier cantidad de variables independientes e innumerables. Si se tiene el caso de una persona que es agresiva y se sabe que tiene una disfunción en cierta parte del cerebro, puede ser que ese factor sea el responsable. Pero pueden ser otros factores como el genético, las reacciones de otras personas, o su entorno", explica.
VIAJE AL CENTRO DEL CEREBRO. Una de las preguntas que se han hecho los investigadores sobre la agresión, es si existen centros de agresión en el cerebro humano —y si es así, cómo la controlan—. En realidad hay que imaginar áreas del cerebro que trabajan en conjunto con otras áreas cerebrales, formando un sistema que gobierna el comportamiento agresivo. Varias de las estructuras cerebrales que intervienen en la agresión se encuentran debajo de la corteza cerebral, formando parte de lo que se conoce como sistema límbico, donde nacen las diferentes emociones. En la evolución de las especies animales, el sistema límbico se encuentra a partir de mamíferos inferiores, como los roedores.
En Los dragones del Edén Carl Sagan expuso la teoría de que nuestro cerebro se compone de tres sistemas diferentes, correspondientes a distintas etapas evolutivas, con las consecuencias imaginables para la inhibición o la liberación de los comportamientos agresivos. Otro aspecto de la investigación de cómo las estructuras cerebrales controlan la agresión es estudiar los neurotransmisores. Estas sustancias químicas son las responsables de transmitir información de una neurona a otra. Al estudiar los neurotransmisores los investigadores intentan averiguar qué papel juegan y si están relacionados con algún tipo de agresión en particular. Por otra parte, una dieta poco nutritiva puede dejar al sistema nervioso sin la materia prima para elaborar precursores y enzimas sin los cuales la sinapsis no será normal. También el stress y toxinas ambientales pueden afectar el funcionamiento de estos sistemas.
FUMADORES PACÍFICOS. Las drogas legales e ilegales han sido objeto de estudio por parte de los investigadores de la agresión. Se tiende a asociar las drogas con actos de violencia y con la criminalidad, pero, como objeta Renfrew, "como no existe un control sobre el consumo de drogas, sin saber el tipo o la cantidad que se consume, es difícil valorar sus efectos".
Segundo libro en español de John W. Renfrew, publicado en España por Editorial Síntesis en 2007.
El alcohol, por ejemplo, es citado como elevador de la agresión, pero otras investigaciones no le asignan un papel exclusivo. Si bien el alcohol reduce las inhibiciones, ciertos informes explican que el alcohol puede originar un aumento o una disminución en muchos procesos de neurotransmisión, produciendo tanto efectos inhibitorios como excitatorios. Otros informes muestran que cerca de las dos terceras partes del número de los homicidios en Estados Unidos se relacionan con la ingestión de bebidas alcohólicas. Pero como bien recuerda Renfrew, la causalidad no se demuestra por correlación. Un ejemplo es la cantidad de accidentes de tránsito, y su relación con el consumo de alcohol. Es cierto que éste deteriora la funciones sensoriales, pero no es la única causa de los accidentes. En síntesis, el alcohol puede fomentar la agresión pero sólo cuando se combina con factores fisiológicos y psicológicos.
MEJOR GOZAR SIN PARAR. Varios estímulos ambientales pueden producir o facilitar la agresión. Por ejemplo los estímulos desagradables, como el ruido, el calor, el cansancio o el dolor. También el aislamiento y la privación sensorial son otras condiciones que pueden producir un aumento de la irritabilidad y la hipersensibilidad a nuevos estímulos. "El otro gran suceso ambiental que produce agresión es la suspensión del estímulo placentero" —explica Renfrew—. "En el laboratorio, estimulando ciertas áreas del cerebro de las ratas, se consigue interrumpir el placer, es decir, primero se estimula y después se suspende. Ahí obtenemos la agresión". Cuando un estímulo se repite constantemente se produce un reforzamiento de la respuesta. Por ejemplo, un animal recibe una pequeña descarga eléctrica y muerde una goma. Llegará un momento en que el animal morderá sin recibir descarga alguna. "Es como si una persona que llega del trabajo recibe las quejas de su esposa y los reclamos de los niños. Con el tiempo, el hombre al llegar a su casa explotará sin estímulo". Al conocer esto es posible trabajar para impedir que la agresión se produzca, tal cual intentan hacerlo algunos terapeutas aplicando distintas técnicas de aprendizaje y condicionamiento. Algunos métodos consisten en sustituir un comportamiento agresivo por otro inofensivo, reforzando comportamientos distintos del agresivo —desde tamborilear los dedos hasta conductas más complejas—. John Renfrew opina que es posible que las personas logren dominar sus impulsos agresivos. "Hay que hacer algo para ayudar a la gente, y hay muchos que no saben lo que están haciendo, ministros y jueces. Hay mucha desinformación. Si la gente piensa que la televisión hace violentos a los niños, hay que investigar si esto es verdad. Hay gente que dice, que si se elimina la TV la gente será menos violenta y ponen todo su esfuerzo en ello y descuidan otros aspectos". Y concluye: "hay que estudiar".
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